Mostrando entradas con la etiqueta pensamiento. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta pensamiento. Mostrar todas las entradas

domingo, 6 de abril de 2014

Susana Martínez-Conde: «Necesitaríamos un cerebro del tamaño de un edificio para percibir fielmente la realidad»

Día 05/04/2014 

La cámara de un móvil tiene mayor resolución que el ojo humano, pero el cerebro recurre a trucos para lograr una imagen más nítida y detallada, aunque menos fiel


Foto Víctor Lerena
Susana Martínez-Conde nació en la Coruña y se doctoró en la Universidad de Santiago. En la actualidad dirige el laboratorio de Neurociencia Visual del Instituto Barrow (Phoenix, EEUU). Esta neurocientífica de renombre internacional ha visitado esta semana Madrid invitada por la Universidad Europea para impartir una conferencia sobre “Los engaños de la mente” en el "Aula Europea de Psicología”. La mayor parte de lo que percibimos es una ilusión, asegura, trucos del cerebro para hacer frente a sus limitaciones “técnicas”.
Para esta neurocientífica los magos son manipuladores natos de la atención y la consciencia, una teoría aparentemente frívola que sin embargo ha merecido un hueco en la revista "Nature Rewiews". Y es que, dice, la magia es un arte de los más académicos. Durante el minuto que dura un truco los magos manipulan nuestra atención recurriendo a esos puntos débiles del cerebro para apilar una ilusión tras otra, y hacernos creer que incluso las leyes físicas quedan abolidas de forma mágica.
-¿El cerebro se inventa la realidad?
-El cerebro inventa la mayor parte de la realidad, porque a pesar de ser una estructura complejísima es también muy limitada. Cualquier cámara de móvil tiene mayor resolución que el ojo humano. Tenemos un millón de fibras en el ojo y eso hoy en día en una cámara de fotos no es nada. Sin embargo, nuestra visión es mucho más nítida y detallada que la de la mejor cámara. Eso se debe a que no nos basamos sólo en la información que registramos. El cerebro está muestreando puntos de información crítica de la escena que nos rodea, los que tienen mayor contenido de información. Pero quedan muchos huecos que rellena mediante un proceso activo de construcción de nuestra percepción visual que se corresponde bastante bien con la realidad, pero

lunes, 24 de febrero de 2014

Ensayos de George Orwell

Rafael Narbona

Foto de la cartilla militar del Orwell como miembro del POUM español.

“Si algo significa la libertad, es el derecho a decirle a la gente lo que no quiere oír”. George Orwell nunca se desvió de esta consigna, lo cual le costó agravios, calumnias e incomprensiones. Su pluma nunca fue complaciente, sumisa o aduladora. Se le acusó de colaborar con la CIA y el Servicio de Inteligencia británico, delatando a escritores y actores comunistas, pero la realidad es que se limitó a entregar una carta a su amiga Celia Kirwan, que trabajaba para el Foreign Office, descartando una serie de nombres para un ciclo de conferencias sobre el estalinismo. No se ha difundido con tanto énfasis que en 2005 el Servicio de Inteligencia británico desclasificó unos documentos, admitiendo que vigiló al escritor durante doce años por sus convicciones izquierdistas. La edición en castellano de los Ensayos de Orwell nos permite al fin una perspectiva amplia, que despeja cualquier duda sobre su posición política y su sentido ético. Orwell nunca dejó de ser socialista, pero su experiencia en la guerra de España le reveló que la URSS no encarnaba ningún ideal utópico. Su producción ensayística y periodística comienza en 1928 y finaliza en 1949. Sus primeros textos (“El albergue”, “En el trullo”, “Casas de Posada”) reflejan su aguda sensibilidad social y su compromiso antifascista. No es un sarampión juvenil, sino una actitud que se prolonga hasta el final. Cuando en 1949 escribe “Un

jueves, 20 de febrero de 2014

1984: Treinta años después, la vigencia de Orwell estremece

Juan Bonilla




Leída en 1984, a los diecisiete años, la novela de Orwell era una obra maestra del horror y la angustia. Nos impresionaba mucho -en plena movida- el dibujo apocalíptico que en la novela se trazaba: la reclusión de los individuos en una uniforme masa productiva, células de una entidad poderosa a las que se les había extirpado la conciencia. Que se tratara del retrato más o menos fidedigno del estalinismo - osea de un pasado remoto- no dejaba de ser paradójico: Orwell había alzado una distopía mediante la estrategia de retratar una realidad sospechada que, con la floración de documentos y más documentos, quedó confirmada de la A a la Z.Así que Orwell planteaba para el futuro -terminó la novela en 1948, penúltimo año de su vida, pues murió en enero de 1950, y barajó las últimas cifras del año para darle título a la obra- una imagen del presente, utilizando además, de manera ya indiscutible, aunque sea tontería hablar de plagio, una novela anticipadora como Nosotros,de Zamyatin (que se tradujo al inglés en 1924), que Orwell reseñó en 1946.

Leída ahora, treinta años después, su vigencia, a pesar de la supuesta derrota de los totalitarismos, parece innegable toda vez que la novela interpela a un nuevo totalitarismo enmascarado, en el que las células de la entidad poderosa ya no necesitan siquiera que se les extirpe la conciencia, sino todo lo contrario: habiéndoles vendido la idea del yo, la de la libertad plena, la del derecho a la información, la de la oferta y la demanda, se las ha convertido en elementos muy parecidos a los que pueblan las páginas de la novela de Orwell, agigantando el paisaje de ésta, que ya no es sólo el de una precisa realidad totalitaria en la que el poder maneja mediante la política del “miedo total” a sus súbditos, sino que puede ser, perfectamente, el de las sociedades aparentemente libres en las que el Big Brother también lo controla todo, en la que cada vez se potencia más la policía del pensamiento, en la que con ardides, en principio plausibles como “lo políticamente

miércoles, 19 de febrero de 2014

Dick Swaab: «Gran parte de lo que somos está determinado antes de nacer»

Día 17/02/2014 

Este catedrático emérito de la Universidad de Amsterdam sostiene que el cerebro tiene poca capacidad de cambio después del nacimiento. Incluso el carácter está determinado desde el seno materno



El neurólogo Dick Swaab, que dirigió durante tres décadas el Instituto Holandés de Investigaciones Cerebrales, acaba de presentar en España «Somos nuestro cerebro» (Plataforma Editorial) un libro del que ha vendido 400.000 ejemplares en su país y que ha despertado una gran polémica.
(...)
—Sostiene nacemos muy determinados, con pocas opciones de cambio...
—Sí, gran parte de lo que somos está establecido incluso desde el momento de la concepción a través de los genes que recibimos de nuestros padres. Por ejemplo, el cociente de inteligencia depende en un 88% de esa herencia genética. También está establecida desde el útero la identidad de género, es decir, el sentimiento de ser un hombre o una mujer. Lo mismo ocurre con la orientación sexual: heterosexualidad, homosexualidad o bisexualidad. Y muchas enfermedades mentales, como la esquizofrenia, con una carga genética del 80%, aunque los síntomas aparezcan en la pubertad, por influencia de las hormonas sexuales. De ahí el título del libro: «Somos nuestros

jueves, 6 de febrero de 2014

Oda a Walt Whitman, por Federico García Lorca


Por el East River y el Bronx
los muchachos cantaban enseñando sus cinturas,
con la rueda, el aceite, el cuero y el martillo.
Noventa mil mineros sacaban la plata de las rocas
y los niños dibujaban escaleras y perspectivas.

Pero ninguno se dormía,
ninguno quería ser el río,
ninguno amaba las hojas grandes,
ninguno la lengua azul de la playa.

Por el East River y el Queensborough
los muchachos luchaban con la industria,
y los judíos vendían al fauno del río
la rosa de la circuncisión
y el cielo desembocaba por los puentes y los tejados
manadas de bisontes empujadas por el viento.

Pero ninguno se detenía,
ninguno quería ser nube,
ninguno buscaba los helechos
ni la rueda amarilla del tamboril.

Cuando la luna salga
las poleas rodarán para tumbar el cielo;
un límite de agujas cercará la memoria
y los ataúdes se llevarán a los que no trabajan.

jueves, 30 de enero de 2014

Mankell: La enfermedad, la vida; por Gabriel Albiac

La enfermedad es la vida. Y Henning Mankell la escribe


 ¿ POR qué se escribe? No abandona nunca a quien lo hace la sospecha de haber violado un tabú: el de reduplicar lo real. La suya es la desazón de aquellos herejes de Borges que «abominaban la cópula y los espejos, porque multiplican el mundo». Para quien carga con esa culpa funesta, no hay penitencia que baste. Se escribe en una desoladora batalla – siempre perdida– contra el silencio y la muerte. Y el que escribe nunca sabe si no se está traicionando precisamente al presentar combate. Nadie ha dado esa paradoja con mayor belleza que Maurice Blanchot:

«Una regla dice al escritor: —No escribirás, permanecerás en la nada, guardarás silencio, ignorarás las palabras. —Escribe para no decir nada. —Escribe para decir algo. —Nada de obra, sólo la experiencia de ti mismo, el conocimiento de lo que te es desconocido. —¡Una obra! Una obra real, reconocida por los otros e importante para los otros. — Borra al lector. — Bórrate ante el lector. — Escribe para ser verdadero. — Escribe para la verdad. — Sé, pues, mentira, puesto que escribir de cara a la verdad es escribir lo que no es aún verdadero y tal vez jamás lo será. — No importa, escribe

miércoles, 22 de enero de 2014

Las catacumbas y el firmamento de Walter Benjamin, por Félix de Azúa

Walter Benjamin, en la Biblioteca Nacional de Francia en París en 1939. / GISÈLE FREUND
Félix de Azúa
No creo que haya ensayo filosófico más famoso, complejo, influyente y poco leído que la así llamada Obra de los pasajes, de Walter Benjamin.Su nombre obedece a que ni siquiera puede llamarse “libro”: es un montón de papeles que acabaron guardados en una maleta, en cuyas páginas hay kilómetros de citas (ajenas) y comentarios (de Benjamin). ¿Un conjunto de ruinas? Así lo describe Giorgio Agamben: es la visión de un superviviente cuando pasea la mirada por los cadáveres y ruinas que se extienden a su alrededor tras un bombardeo.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Salvador Pániker: «Una frontera con Cataluña sería artificial»

«Diario de otoño»: «La memoria de lo que me está pasando y de lo que no me esta pasando, una divagación permanente que nunca permito que se deslice hacia la ficción», afirma el escritor y editor catalán

SERGI DORIA / BARCELONA
YOLANDA CARDO Salvador Pániker, fotografiado en 2008
YOLANDA CARDO
Salvador Pániker, fotografiado en 2008
Desde la casa de Salvador Pániker(Barcelona, 1927) se divisa el monasterio de Pedralbes. Ahora que el otoño parece, por fin, reinar en la vegetación colindante nada más pertinente que su última entrega dietarística, después de «Cuaderno amarillo» y «Variaciones 95», se titule «Diario de otoño» (Mondadori). Datado entre 1996 y 1999, el escritor, editor y filósofo lo presenta como «la memoria de lo que me está pasando y de lo que no me esta pasando, una divagación permanente que nunca permito que se deslice hacia la ficción».
Asiduo del Tao y los «Upanishads», el dietarista se autodefine como«agnóstico místico». Escribir un diario supone afrontar, tanto los problemas sustanciales como anudar «cabos sueltos». Enfrentarse a la agonía y muerte de su hija Mónica, a la que dedica el libro, atender a las raíces india y española. Tender a la destilación como sus admirados Azorín y

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Antonio Escohotado: «La utopía, además de una memez, es una inmoralidad»

Antonio Escohotado en su casa de La Navata, a las afueras de Madrid

El autor de la famosa «Historia de las drogas» publica el segundo volumen de su ensayo «Los enemigos del comercio»

Antonio Escohotado lleva con una mezcla de irónica dignidad que siempre se le reconozca por su influyente «Historia de las drogas». Pero este ensayista polémico no ha dejado nunca de buscar el lado más provocativo de la vida. Lleva 14 años enfrascado en una ambiciosa trilogía dedicada a estudiar el lado oscuro del comunismo. Acaba de publicar en España el segundo volumen de «Los enemigos del comercio. Una historia moral de la propiedad». Nos recibe en su casa de La Navata una suave tarde de octubre, con un leve horizonte de perros y Lucas, uno de sus tres gatos. Se les ve saludables a ambos: «Está por ver quién va a leer más, porque tenemos la misma edad. Él tiene 14 tacos y yo 72». Nunca deja indiferente. Va por libre. Adalid del liberalismo, se despacha con perlas como «Las ganas de matar son mayores en Marx que que

domingo, 15 de septiembre de 2013

Lo fatal, Rubén Darío


Lo fatal




Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, 
y más la piedra dura porque esa ya no siente, 
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, 
ni mayor pesadumbre que la vida consciente. 

Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, 
y el temor de haber sido y un futuro terror... 
Y el espanto seguro de estar mañana muerto, 
y sufrir por la vida y por la sombra y por 

lo que no conocemos y apenas sospechamos, 
y la carne que tienta con sus frescos racimos, 
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, 

¡y no saber adónde vamos, 
ni de dónde venimos!...


Rubén Darío De Cantos de vida y esperanza (1905)
(1867-1916)

jueves, 20 de junio de 2013

No hay monstruos, sólo predadores hablantes, burócratas del homicidio

Arendt, por Gabriel Albiac

No hay monstruos. Sólo hay hombres que matan, predadores hablantes, dice Freud. Burócratas eficientes del homicidio, anota Hannah Arendt

Hannah ArendtA la espera de la película que le dedicaMargarethe von Trotta –pasado mañana, creo, es el estreno–, tomo de su anaquel los libros de Hannah Arendt. Siempre los he tenido a mano en mi biblioteca. Desde aquel Eichmann en Jerusalén que me marcó siendo muy joven, Arendt ha estado entre mis interlocutores más constantes. Puede que sea porque, igual que le sucediera a ella, me emociona a mí Walter Benjamin más que ningún otro pensador del siglo veinte. Y la historia de Hannah Arendt, buscando en Portbou, años después, la improbable tumba y los perdidos papeles de su amigo suicida, está entre las declaraciones de amistad –esa forma superior del amor– más conmovedoras del atroz siglo que fue el nuestro.
Von Trotta ha tomado como epicentro de su relato la primavera de 1961, durante la cual cubre Hannah Arendt para el New Yorker el juicio en Jerusalén de Adolf  Eichmann. Con una lucidez desgarradora. Con un empecinamiento en la búsqueda de la verdad que la emparenta con aquel otro judío, desarraigado y distante, que apostó toda su vida a la tarea de «no reír, no lamentar, no burlarse ni detestar; entender sólo». Como Baruch de

jueves, 28 de marzo de 2013

Fernando Savater: “A cierta edad dejas de ser vendible y eres como un florero”

"Camilo José Cela decía que como España es un país pequeño, sólo cabe una opinión de cada persona. Si ya eres un ensayista, eres un ensayista, si escribes novelas, eres un novelista". 


Conversación de Juan Cruz y Fernando Savater: 
Juan Cruz: –Eres tantos: dramaturgo, novelista, profesor, ensayista. Te hemos visto en todas las vertientes.
Fernando Savater: –Camilo José Cela decía que como España es un país pequeño, sólo cabe una opinión de cada persona. Si ya eres un ensayista, eres un ensayista, si escribes novelas, eres un novelista. Yo soy un escritor y es así como me considero, siempre lo he sido. Bueno, primero lector, pero como al lector no le pagan tengo que ser escritor (risas). En una de las primeras cosas que escribí decía que yo abordaba la filosofía como un género literario, y por supuesto el teatro o la novela. He escrito géneros distintos pero siempre dentro de un mismo trabajo, el de escritor. No he sido nada más. Dentro de todo siempre me ha gustado más la literatura, de hecho le leído mucha más literatura que filosofía o que cualquier otra cosa.
(...)
Abordas en tu libro algo que me parece muy saludable, el tema de la piratería en Internet y cómo se ha instalado en la sociedad española (y en otras) la idea de que la creación literaria o artística puede ser robada por otros impunemente.
Se ha instalado porque hay un medio para hacerlo, porque es accesible, y lo cuentan como si la cultura fuera así. No, la cultura no es así, la cultura está basada en la comunicación y la comunicación tiene hoy un sistema que permite el acceso a cosas que antes estaban vedadas o por las que había que pagar. Ocurre también con las patentes. Al señor que roba los planos

viernes, 11 de enero de 2013

Entrevista con Félix de Azúa: "La filosofía y el arte no requieren excesivo talento. Requieren coraje"


BLANCA BERASÁTEGUI | Publicado el 11/01/2013 |  Ver el número en PDF

Hay mucho de lo que hablar con Félix de Azúa. Siempre. Pero en los últimos tiempos, como está especialmente furioso y nítidamente libre, esas inteligentes teorías suyas sobre el arte y la literatura se cruzan con misiles rotundos contra el nacionalismo y las redes sociales, contra la clase política. Lo novísimo en Azúa es "El ojo que piensa", el curso experimental que va a dirigir en el Museo del Prado. Así que el vuelo poderoso de su palabra y su ego despega de la Modernidad, navega por el siglo XX, se detiene en Keifer y Larkin y se hinca en esta España "donde no hay democracia".





Se lo propuso Miguel Zugaza para ampliar las actividades del centro de estudios del Museo del Prado porque "aunque su actividad pedagógica es grande, faltaba un curso teórico" dice el escritor, y explica el porqué: "Los museos de arte clásico nunca han tenido la necesidad de incluir la teoría. Cuando alguien entra en el Prado, y ve tizianos o rafaeles, el discurso teórico está escondido, no es necesario. Piense en La Primavera de Botticelli, el cuadro más bello del mundo: nadie sabe que es una representación de la filosofía neoplatónica, ni falta que hace. Pero si lo sabes, ves otra dimensión de la pintura que le añade una profundidad insospechada".

"En la Modernidad todo cambia. El discurso teórico ocupa un primer plano, es esencial. Si tú no sabes que estás mirando un cuadro cubista, seguramente no vas a saber ver lo que tienes que ver. Lo interesante es que nuestra mirada ahora es una mirada determinada por todo el proceso de la modernidad y, por lo tanto, es una mirada teórica, aunque no lo sepamos".

-¿Cómo podemos adquirir herramientas para saber mirar? Azúa apuntala su respuesta con ejemplos históricos, con citas culturalistas, con Malraux.
-Es muy interesante la mirada retrospectiva. Cuando ya tienes el ojo moderno, el ojo teórico, es importante aplicarlo a la pintura antigua, a la escuela iconográfica, al arte egipcio... El caso Malraux, a quien ya casi nadie lee, es paradigmático. Su Museo Imaginario es un invento básico para la modernidad, porque en él destruye las condiciones materiales y cuando lo miras, no sabes si esa escultura de la que te habla mide dos metros o cinco. Es decir, nos da una visión ultramoderna, de

miércoles, 2 de enero de 2013

Manifiesto de un traidor a la patria, por Albert Boadella



Confieso que mientras no los conocí, yo fui unos de ellos. Aboné su terreno con mi propia ignorancia. Llegué a creer fanáticamente en la versión victimista de la historia que habían elaborado otros ignorantes como yo, aunque ellos con mayores atenuantes, ya que trabajaban con intereses a plazo fijo.

En ciertos momentos, estuve también deseoso de pasar cuentas con el enemigo natural de Cataluña. Incluso aproveché alguna oportunidad para ello. Un día, puse sobre el escenario un puñado de miembros de la Benemérita metamorfoseados en gallinas y descansando en las barras de su morada avícola.

Obviamente, la juerga invadió la sala. Así, exhibiéndolos para mofa y befa del respetable me sentía compensado de tantos supuestos agravios ¿A ver quien nos devolvía la vida del president fusilado?


¿Y la tortura y la cárcel de Pujol? ¿Y la persecución de nuestra lengua? ¿Y el maldito

jueves, 15 de noviembre de 2012

Ha comenzado el declive de la inteligencia humana


Por qué los humanos somos cada vez más estúpidos (y lo que viene será peor)





"La selección natural del hombre es cosa del pasado”. Puede parecer una tesis discutible, pero es la que el biólogo Gerald Crabtree defiende en dos artículos publicados en la revista científica Trends in Genetics que, bajo el nombre de Nuestra frágil inteligencia, nos recuerdan que hace tiempo que alcanzamos el cénit de nuestra inteligencia y que desde entonces no hemos hecho más que ir a peor. Y, como señala el científico, aún nos falta mucho por ver. En concreto, son los genes relacionados con las funciones intelectuales –y también, los que tienen que ver con las emociones– los que el profesor de la Universidad de Medicina de Stanford ha señalado que se encuentran en proceso de desaparición.
Según su hipótesis, hace milenios que alcanzamos nuestro punto álgido de inteligencia, un momento que la investigación localiza en los albores del hombre, antes incluso de la aparición del homo sapiens. “El desarrollo de nuestras habilidades intelectuales y la optimización de miles de genes de la inteligencia probablemente ocurrió en grupos dispersos de personas, que no se comunicaban verbalmente, antes de que nuestros antecesores emergiesen en África”, señala la nota de prensa que se ha publicado junto al estudio. La razón por la que la evolución se produjo en ese momento y no en otro es porque precisamente, el hombre había de enfrentarse con situaciones particularmente críticas para su integridad física, por lo que tenía que ser capaz de dar respuestas muy variadas a las

viernes, 21 de septiembre de 2012

Pedantería e ignorancia: Por qué la universidad vive de espaldas a la gente normal


Emplean una jerga impersonal y elitista, pero es debido a que no saben escribir

Dos problemas de una sintaxis modal: la construcción superlativa y el verbo ‘parecer’”; “El manejo de las contradicciones dialectales entre lo público y lo privado en las parejas lesbianas”;  y “L-aminoácido oxidasa. II. La disociación y la caracterización de sus subunidades”. Sí, estos tres artículos académicos existen. No hay más que echar un vistazo a cualquier revista científica para comprobar que gran parte de los textos, empezando por sus titulares, distan mucho de ser atractivos para el lector medio. ¿Es que la investigación académica no necesita llegar al gran público, dado que su único destinatario es la comunidad universitaria, o son las propias convenciones de estilo las que se imponen en el lenguaje de los investigadores?
Ininteligible para los propios profesores
La profesora universitaria e investigadora Helen Sword, profesora asociada en el Centro de Desarrollo Académico de la Universidad de Auckland, ha intentado poner solución a tal problema a través de su nuevo libro, Stylish Academic Writing. El ensayo, que acaba de ser publicado por Harvard University Press, es una especie de libro de estilo académico que intenta abrir las puertas de la creatividad de los todavía constreñidos científicos. La voluntad de Sword es, ante todo, “animar a los académicos que quieran escribir de manera más atractiva pero sientan miedo ante las

domingo, 20 de noviembre de 2011

Otras joyas que me alegran la vida


Hay pequeñas cosas y cosas enormes que nos suelen hacer la vida más llevadera. Puede ser un viaje, un animal volandero o una música volátil que prende y deja huella para siempre, recuerdos indelebles, visiones del momento.
Incluso pueden ser ser emergencias amenazantes o experiencias terribles: saca del mal su belleza

martes, 31 de agosto de 2010

Otros esperan que resistas, dijo Goytisolo a su hija



PALABRAS PARA JULIA

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.
Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.
Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.
Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.
Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.
Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.
Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.
La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.
Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.
Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.
Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

José Agustín Goytisolo





La versión de Falete ofrece un nuevo perfil de este curioso cantante

domingo, 22 de agosto de 2010

Vida, de José Hierro



VIDA

A Paula Romero

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.


José Hierro

jueves, 31 de diciembre de 2009

Podía dirigir sus pasos por veredas inexploradas

El dragón blanco te protege, es una entrada de MD, 8 de enero del 2006.


Y de una forma incierta sabía que podía dirigir sus pasos por veredas inexploradas y por caminos inseguros, porque en el fondo de su corazón latía la fuerza del dragón blanco.
Había oído hablar a sus abuelos de una alianza desesperada, en tiempos donde el sol no dirigía las horas, en tiempos difusos, cuando el semidiós Bes, un enano deforme que guardaba a los niños y había exterminado todas las serpientes de la isla (en Ibiza no hay víboras) había sellado un pacto bajo las candelas del sello egipcio con un fabuloso dragón casi transparente.
Fabuloso, porque aquel ser quimérico introducido en el templo por los sacerdotes fenicios sólo existía en la realidad en el fondo del corazón de algún hombre designado.
Para ello se elegía a quien pudiera soportar mayores sufrimientos, de manera que aquella horrible designación conducía a la guerra continua al corazón belicoso.
El elegido era el ser más castigado y apaleado, pero tenía las armas profundas del corazón, y de una forma incierta sabía que podía dirigir sus pasos por veredas inexploradas y por caminos inseguros, porque en el fondo de su alma manaba la sangre noble e inexpugnable del dragón blanco.