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martes, 23 de septiembre de 2014

Donde habite el olvido, por Luis Cernuda

Luís Cernuda, años 60 (foto ABC)

DONDE HABITE EL OLVIDO...

Donde habite el olvido, 
En los vastos jardines sin aurora; 
Donde yo sólo sea 
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas 
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.

LUIS CERNUDA

domingo, 4 de mayo de 2014

La censura en los libros: El resto es silencio

Kafka, con su amigo y albacea, Max Brod

P.Unamuno

Hogueras, picotas y secciones prohibidas de bibliotecas han sido destino de innumerables libros a lo largo de la Historia. Sin embargo, por muy sistemática y voraz que fuera la persecución de los dictadores o de instituciones como la Inquisición, ninguna censura ha sido nunca más eficaz que la que algunos autores se han impuesto a sí mismos. Muchos de los lectores conocen sin duda la voluntad de Kafka de que al fallecer fuese quemado todo lo que había escrito -no sólo sus textos literarios, sino cualquier testimonio suyo sobre papel-, y que si hoy tenemos acceso a grandes obras como 'El castillo' o 'El proceso' se debe a la 'traición' de su albacea y amigo Max Brod. Virgilio dispuso que a su muerte no pudieran publicarse sus manuscritos inconclusos, pero el emperador Augusto decidió pasarse la prohibición por el arco del triunfo (estaba demasiado acostumbrado a vencer), razón por la que hoy conocemos 'La Eneida'.
Muchos narradores llegaron a pensar que la palabra es incapaz de penetrar en la verdad
El escritor y crítico literario alemán Werner Fuld sostiene que «en la mayoría de los casos, lo que lleva a un autor a destruir su obra es la conciencia de su imperfección». Al parecer, el estadista Solón entregó a las llamas sus versos porque no aguantaban la comparación con los de Homero. Platón hizo lo propio y destruyó también sus tragedias al conocer a Sócrates. Faltaba mucho para que triunfaran los libros de autoayuda (cómo subir la autoestima y otras zarandajas), pero atención, advierte Fuld, tales anécdotas no sólo son incomprobables sino que agrandan la fama del poeta y «la consideración que merece la obra conservada, única en pasar la criba de la autocensura».
El marketing, como vemos, asomaba ya la patita en tiempos remotos. En fechas más cercanas a las actuales, Truman Capote se ocupó muy bien de airear que, después de la feliz acogida dispensada a Desayuno con diamantes, había dado a la máquina de triturar una novela que a su

domingo, 16 de febrero de 2014

Una exhibición de Ramón Gómez de la Serna VIDEO

Un documento histórico impresionante. Ramón Gómez de la Serna, archiconocido por sus Greguerías se explaya en un divertidísimo monólogo en los jardines del parque de El retiro en Madrid, año 1928. Fue filmado por Feliciano Vítores.

 

jueves, 16 de enero de 2014

MEDIOS Lección inaugural de Gabriel Albiac en el XXV Máster ABC-UCM: «La escritura inmediata»

Gabriel Albiac:
La escritura inmediata.
(Lección inaugural del Master ABC, 2013)
Queridas Catalina y Soledad Luca de Tena,
Querido Director de ABC, Bieito Rubido,
Queridos Luis Énriquez y Alfonso Armada,
Alumnos y profesores de la 25 Promoción del
Máster de Periodismo ABC-UCM,
Amigos.
Me han hecho ustedes el honor de concederme hoy la palabra en un espacio, la biblioteca de ABC, que necesariamente debe intimidar a todo aquel que tenga presente la historia de la España del siglo XX. Para hablar de un oficio que va a determinar la vida de quienes hoy aquí se inician en ese laberinto exaltador y misterioso que es el del periodista. Y yo sólo puedo enmascarar mi inseguridad al hacerlo. Y decir: gracias.
***
Entremos, pues, en materia.
“…Antaño, cuando yo era joven…” El hombre que escribe eso se sabe ya hombre viejo. Viejo y de extraordinaria biografía, que su texto evoca. Vio, en dos guerras sucesivas, desplomarse la patria. Y, con ella, sus ambiciones. “Antaño, cuando yo era joven” –sigue–, “sentí lo mismo que les pasa a tantos otros. Y tuve la idea de dedicarme a la política…” Pero, de repente, todo quedó en humo. Cayeron las leyes, cayó la ciudad, “todo iba tan a la deriva” –escribe– “que acabé por marearme”. Al borde del vacío, abrió los ojos, decidió dar el largo rodeo de comprender lo que ya no tenía

jueves, 14 de noviembre de 2013

De paseo con Josep Pla: 'Viaje a pie'



En el libro se tropieza el lector con un humor socarrón, una ironía que revela a Pla como un observador de vuelta de todo, aunque él se empeñe en estar de ida. Y muchas anécdotas, como una impagable conversación con una vieja a cuenta de unas gallinas muertas, u otra con un payés –los habitantes rurales del Ampurdán– sobre la educación de sus hijos. Por eso, se lee con una enorme sonrisa cómo un funcionario le dijo una vez: «¡Qué buen escritor sería usted si tuviera un coche de esos!», y la reflexión inmediata de Pla: «Cada día aumenta el número de idealistas. Cada día es mayor el número de personas que sueñan con tener lo inasequible. Las personas que se contentan con lo que simplemente tienen, con la materia del pan nuestro de cada día, los materialistas, somos considerados unos infelices». Tenía ya claro que el estado ideal era viajar ligero de equipaje: «El dinero excesivo, como la pobreza excesiva, le ponen al hombre un yugo insoportable».«Cuando se llega a una determinada edad sin haber logrado tener intereses directos en la comedia humana, contribuye a aligerar el peso de la vida el hecho de badulaquear por el mundo, por un pequeño rincón del mundo, y distraerse con las cosas más nimias». Palabra de Josep Pla. La determinada edad era medio siglo de vida largo. Corría 1949 y el mayor escritor de las letras catalanas demostraba que también en castellano era un tipo especial. En «Viaje a pie» recogió una visión de su «país», que no era España ni Cataluña, sino el Ampurdán, porque a él, superadas las ideologías, comenzaban ya a importarle sobre todo las cosas pequeñas de la vida, que a la larga son las grandes. Como sus reflexiones sobre los pueblos catalanes que recorre en estas páginas –«ahora son como cajas cerradas»– o sobre el estado material del hombre: «La riqueza fascina. Es quizás, en los tiempos que vivimos, la única cosa que fascina

domingo, 28 de abril de 2013

¿Fue Albert Camus asesinado por el KGB?


Los diarios del checo Jan Zabrana recogen que el accidente automovilístico en el que murió en 1960 el premio Nobel francés fue orquestado desde Moscú por su condena a la invasión de Hungría



La tumba de Albert Camus en su finca de Lourmarin

ANTONIO JOSÉ PONTE 5 NOV 2011, El País

El pasado agosto el Corriere della Sera habló del asesinato de Albert Camus a manos de la KGB. El diario italiano citaba al eslavista Giovanni Catelli, este citaba una entrada de los diarios del checo Jan Zabrana, y Zabrana, su encuentro con alguien próximo a la inteligencia soviética. Según esa versión, lo que fuera considerado en 1960 un accidente mortal de tráfico había sido, en el fondo, un asesinato político. Camus pagaba de ese modo su condena de la invasión soviética a Hungría y el apoyo ofrecido a Boris Pasternak para el Nobel.
"Escuché algo sumamente extraño de boca de un hombre que sabía muchas cosas y contaba con fuentes bien informadas", anotó Zabrana en su diario. Aquel hombre confesó que el accidente automovilístico había sido orquestado desde Moscú. Ofreció detalles de la operación (un artefacto segó el neumático que giraba a alta velocidad) y del procedimiento: la orden venía del propio

viernes, 19 de abril de 2013

John Irving: «Hemingway es el mayor fraude de la historia, como hombre y como escritor»

INÉS BAUCELLS


Explica John Irving (Exeter, New Hampshire, 1942) que antes de publicar su primera novela, antes siquiera de escribirla, ya tenía la sensación de que estaba pasado de moda. A un paso de extinguirse como escritor. “Cuando tenía veinte años, pensaba que las novelas que quería escribir ya estaban extinguidas; todos mis héroes literarios del siglo XIX estaban pasados de moda, algo que me generó cierta inseguridad en mis comienzos”, confiesa. Ahora, sin embargo, contrece novelas amontonadas en esas espaldas de exluchador profesional y un pulso narrativo especializado en agarrar al lector por los tobillos para arrastrarlo a las profundidades de su turbulento universo, Irving no hace más que bendecir lo acertado de su

martes, 14 de agosto de 2012

Herman Hesse, premio Nobel, murió hace 50 años

El mundo de la literatura conmemora esta semana los 50 años de la muerte del escritor suizo Herman Hesse, premio Nobel en 1946 y autor de obras cumbre de la literatura en alemán del siglo XX como "El lobo estepario" y "Siddhartha".
Efe- 7 de agosto 2012

Nacido en Calw (Alemania) en 1877 y con nacionalidad suiza desde 1924, Herman Hessemurió en Montagnola (Suiza) el 9 de agosto de 1962, fecha de la que se cumplen esta semana los 50 años de su fallecimiento, dejando un legado literario convertido en "best seller" mundial, con 140 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, de los cuales solo una sexta parte corresponde a las ediciones en alemán.
Junto a Thomas Mann y Stefan Zweig, es el autor de lengua alemana más leído hoy en día en el mundo y uno de los dos únicos autores suizos, junto a Carl Spitteler, galardonados con el Nobel.
Pese a este reconocimiento mundial y pese a que Hesse vivió las últimas cuatro décadas de su vida en Tesino (sur de Suiza) -donde escribió "El lobo estepario", Siddhartha", "Narciso y Goldmundo" y "El juego de los abalorios"-, los helvéticos viven con cierta distancia este aniversario de un autor que ven como alemán.
De hecho, es su Calw natal (Bade-Wurtemberg) el lugar que se conoce como "la cuna de Herman Hesse", pese a que el escritor solo vivió en esta ciudad, en distintas etapas, durante diecisiete años. En Calw hay plazas y calles que llevan su nombre y, para conmemorar que ha pasado medio siglo desde su muerte, numerosos bancos públicos de la localidad lucen citas famosas del escritor: "La belleza no hace feliz al que la posee, sino a quien puede amarla y adorarla", o "Lo blando es más fuerte que lo duro; el agua es más fuerte que la roca, el amor es más fuerte que la violencia". Incluso hay un "Café Montagnola" que

domingo, 29 de abril de 2012

¡Cuídate España, de tu propia España!


¡Cuídate, España...!

¡Cuídate, España, de tu propia España!
¡Cuídate de la hoz sin el martillo,
cuídate del martillo sin la hoz!
¡Cuídate de la víctima a pesar suyo,
del verdugo a pesar suyo
y del indiferente a pesar suyo!
¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo,
negárate tres veces,
y del que te negó, después, tres veces!
¡Cuídate de las calaveras sin las tibias,
y de las tibias sin las calaveras!
¡Cuídate de los nuevos poderosos!
¡Cuídate del que come tus cadáveres,
del que devora muertos a tus vivos!
¡Cuídate del leal ciento por ciento!
¡Cuídate del cielo más acá del aire
y cuídate del aire más allá del cielo!
¡Cuídate de los que te aman!
¡Cuídate de tus héroes!
¡Cuídate de tus muertos!
¡Cuídate de la República!
¡Cuídate del futuro!…


España, aparte de mí este cáliz (1937)
César Vallejo







 Los heraldos negros
      
Hay golpes en la vida tan fuertes… Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido 
se empozara en el alma… Yo no sé!

Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro mas fiero y en el lomo mas fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos, como 
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!

domingo, 5 de febrero de 2012

Charles Dickens y las mujeres

Dickens con sus hijas maryores -Mary y Kate- en su casa de Londres



Fue el primer escritor global, el equivalente a una estrella del pop en la época victoriana. De su talento literario dan fe clásicos como `Oliver Twist´, `Cuento de Navidad´ o `David Copperfield´. De su apasionante vida, una parte se mantuvo en secreto durante años. Nos adentramos en la historia del genial escritor, cuando se cumplen doscientos años de su nacimiento, a través de su intensa vida sentimental.


Aquel fin de semana de mayo de 1837 que acabaría en tragedia, no pudo comenzar mejor para el joven Charles Dickens. El sábado por la mañana se había publicado una nueva entrega de Los papeles del Club Pickwick, su primera novela, y su editor le había confirmado que era un éxito, un acontecimiento seguido por miles de británicos. Por la tarde había ido con su esposa, Catherine Hogarth, al estreno de una obra de teatro que él había escrito, una comedia titulada Is she his wife?, or, something singular!, celebrada con risas y aplausos por el público. A sus 25 años, la vida de Dickens -cronista parlamentario y autor en alza- no podía ir mejor. Pero esa noche iba a producirse un giro inesperado en su existencia. Al regresar del teatro a casa, se encontraron con que la hermana de Catherine, Mary, de 17 años, que vivía con ellos, se había indispuesto. La joven se sintió mal durante toda la noche, y al día siguiente murió (posiblemente de un paro cardiaco, aunque nunca se supo con certeza) en los brazos del propio Dickens. De la mano sin vida de Mary, el escritor, afectado como pocas veces en su vida, extrajo el anillo que su cuñada lucía en un dedo y

miércoles, 3 de agosto de 2011

Las guerras de toda la vida: 'Tengo cáncer de pulmón' (Horacio Vázquez-Rial)

 La muerte, es decir, la vida

Por Horacio Vázquez-Rial

Los amigos de Facebook lo saben. Mis lectores, aún no. Por eso lo escribo aquí hoy, acompañando unas reflexiones sobre la muerte, la mortalidad y la vida que les debo desde hace tiempo. Tengo cáncer de pulmón.
Sería un idiota si esto me cogiera por sorpresa, y un mentiroso si fingiera sorprenderme. He fumado más de cuarenta cigarrillos diarios durante medio siglo. Si fueran cincuenta, ya estaría contando por encima de los 900.000: Un millón de cigarrillos tituló su libro de recuerdos Marcello Mastroianni porque era lo que estimaba haber fumado en los 72 años que vivió. Bebió menos de lo que fumó, pero murió de cáncer de páncreas. Otros llegan a la misma situación sin haber inhalado humo de tabaco en su vida, por una inclinación genética o, quizás, un accidente de programación, pero es verdad que el tabaco mata.

Fue en la presentación del libro de Mastroianni, póstuma, por supuesto, donde empecé a pensar en

lunes, 7 de marzo de 2011

Miré los muros de la patria mía... Francisco de Quevedo

Miré los muros de la patria mía
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.
Salíme al campo, vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados
que con sombras hurtó su luz al día.
Entré en mi casa; vi que amancillada
de anciana habitación era despojos;
mi báculo, más corvo y menos fuerte;
vencida de la edad sentí mi espada
y no hallé cosa en que poner mis ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.

lunes, 17 de enero de 2011

El escritor Pedro Gálvez, que vivió en Ibiza, apuñalado en Alemania





Un hombre le preguntó en castellano su nombre, le asestó varias puñaladas y huyó. Está fuera de peligro




IBIZA / MÁLAGA | R. S. / JOSÉ TORRES El escritor Pedró Gálvez, que vivió en Ibiza entre 1968 y el principio de la década de los 80, fue apuñalado el lunes a la puerta de su casa en Múnich (Alemania). A las 8.20 horas Gálvez salió de su domicilio. Un hombre se acercó a él en la calle Schleissheimer. Le preguntó, «en castellano y con acento madrileño», si era Pedro Gálvez, con la excusa de entregarle un paquete.

El escritor, de 70 años, respondió afirmativamente, momento en el que el desconocido le asestó varias puñaladas y salió corriendo, según recoge el periódico teutón Sueddeutsche y publicó ayer La Opinión de Málaga.

El agresor es un hombre de 1,65 de altura, iba muy bien abrigado con una chaqueta oscura y un pañuelo blanco que le cubría la cara, según relató el propio Gálvez a la Policía alemana. Sus gritos de socorro alertaron a los vecinos y poco después ingresó en una clínica muniquesa.

El escritor y colaborador de Diario de Ibiza, Mariano Planells, contactó el sábado con su amigo Gálvez. El escritor comunicó a Planells, a través de Facebook, que se encuentra en casa y que está fuera de peligro, a pesar de que recibió una puñalada en la espalda y otra en el vientre.

Todo parece indicar que se tratar de un intento de asesinato por encargo, aunque Gálvez comentó a Planells que no tiene ni idea de quién puede ser el agresor.

Nieto de Pedro Luis de Gálvez
Pedro Gálvez nació en Málaga en 1940. Es nieto del que fuera escritor bohemio Pedro Luis de Gálvez. En 1962 ingresó en el Partido Comunista, estudió economía política en Berlín y en 1968, tras la invasión rusa de Praga, sufrió una crisis personal y se trasladó a Ibiza.

En Sant Mateu siguió traduciendo y escribiendo. Colaboró con Ibiza Magazine y con el Anuario de Ibiza y Formentera y escribió ´Historia de una hormiga´. Entre su bibliografía destacan obras como ´Nerón´, ´Hypatia´ y ´El maestro del Emperador´. aPlanells publicó una entrevista a Gálvez en junio de 1978 en Diario de Ibiza. El escritor explica que participó en acciones armadas en la guerrilla urbana en Venezuela. «Al finalizar la Segunda Guerra Mundial el PCE tenía un gran ejército preparado en los Pirienos para invadir España», afirma Gálvez, que añade que en Alemania ganaba 3.000 marcos al día cuando el sueldo de un obrero era de 300 marcos al mes.


Diario de Ibiza

viernes, 24 de septiembre de 2010

Las campanas lloran por tí

 
 
...Ningún hombre es en sí 
equiparable a una isla.
 
Todo hombre es un pedazo del continente,  
una parte de tierra firme.
 
Si el mar llevara lejos un terrón,
Europa perdería 
como si fuera un promontorio.
 
Como si se llevara una casa solariega 
de tus amigos o la tuya propia.
 
La muerte de cualquier hombre me disminuye, 
porque soy una parte de la Humanidad.  
 
Por eso no preguntes nunca  
por quien doblan las campanas, 
están doblando por ti.
 
John Donne
 
 
 
-- Versión original (en inglés)
 
For whom the bell tolls

...
No man is an island,
Entire of itself.
Each is a piece of the continent,
A part of the main.
If a clod be washed away by the sea,
Europe is the less.
As well as if a promontory were.
As well as if a manner of thine own
Or of thine friend's were.
Each man's death diminishes me,
For I am involved in mankind.
Therefore, send not to know
For whom the bell tolls,

It tolls for thee.



Sobre John Donne

domingo, 22 de agosto de 2010

Vida, de José Hierro



VIDA

A Paula Romero

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.


José Hierro

domingo, 1 de agosto de 2010

"¡Ah de la vida!" de Francisco de Quevedo


Algo tendrá de bueno Facebook cuando Moncho Dicenta nos concita sobre lo absurdo e inexplicable de la vida. Yo aporto la famosa frase de John Lennon, "la vida es todo lo que te ocurre mientras tu haces otros planes" o algo así. Enrique Eskenazi la traduce al inglés,
Life is what happens to you while you're busy making other plans.
y finalmente Estefanía Romero aporta el celebrado soneto, un  lamento quevedesco.
Éste:


¡Ah de la vida!” … ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde.

¡Que sin poder saber cómo ni adónde,
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.

Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto;
soy un fue, y un será y un es cansado.
 
En el hoy y mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.

domingo, 25 de julio de 2010

Cartas de doble filo, por Arturo Pérez-Reverte

Hay una clase de enemigos contumaces, profesionales, que terminan saliéndole a cualquiera que aparezca en público con su rostro o su firma. Internet, sobre todo, con la facilidad que ofrece para el escupitajo de bilis, el insulto y la calumnia desde la impunidad del anonimato, es territorio favorable a esa clase de gente, que despliega allí un esfuerzo y constancia admirables. Lo pintoresco es que buena parte de tales odios desaforados no tiene justificación racional, sino que responde a filias y fobias íntimas, complejos inconfesables, envidias, rechazos y turbios agravios que a veces ni el agresor, al límite mismo de la apoplejía, justifica de modo coherente.

Pero hay una categoría aún más radical: la del converso que antes amó. Incluye a quienes durante cierto tiempo siguieron a alguien con pasión o interés y que, por alguna causa, se han visto defraudados en sus expectativas. Según sea cada uno, el entusiasmo con que antes aplaudía a la persona admirada puede tornarse rencor y ganas de venganza. Algunos casos llegan a lo patológico: a John Lennon, por ejemplo, se lo cargó un admirador despechado, bang, bang, al que había negado un autógrafo. Otros casos son sólo disparatados, o grotescos.

Parte de los odios suscitados por escritores se debe a cartas no respondidas; quizá porque hay quien piensa que a un profesional le sobra tiempo para escribir de todo, y sin esfuerzo. De poco sirve, en mi caso por ejemplo, haber repetido en esta misma página que es imposible atender seiscientos correos electrónicos y cartas cada mes. Que leo cuanto llega, pero cuando puedo. Y que me es imposible mantener correspondencia. Quien eche cuentas comprenderá que si uno dedicara cinco minutos a cada respuesta, debería emplear, sólo en eso, cincuenta horas mensuales que son necesarias para otras cosas. Para escribir novelas y estos artículos, por ejemplo. Para relajarte un rato viendo una película, o para pensar en tus propios asuntos. O para lo que te salga del cimbel.

A pesar de tan razonable justificación, hay quienes no la terminan de encajar. Animados por su condición de lectores y admiradores, envían manuscritos de poesía o novelas inéditas pidiendo una opinión o un consejo. Incluso, ayuda para publicar. Y al no recibir respuesta –algunos, al no recibirla en el acto–, envían cartas destempladas porque no les concediste el tiempo y la atención que creen merecer, y que sin duda merecen. Recuerdo un correo electrónico reciente, de extrema impertinencia, donde alguien que antes me había sugerido asunto para un artículo, relacionado con un problema familiar suyo, me insultaba por «no haber tenido la coherencia moral de ocuparte de eso y por no mojarte».

A veces, por trabajo y viajes, el correo se acumula. El de XLSemanal, por ejemplo, postal y electrónico, me lo hago enviar a casa en paquetes cada mes y medio, aproximadamente, para dedicar un día entero a su lectura. Luego voy contestando lo que puedo: lo urgente o imprescindible. Se da entonces la circunstancia de que, en ocasiones, leo la carta despechada antes de la que, al no ser respondida, motivó el despecho. Paso así del insulto, «eres un prepotente y un chulo y tus novelas son una mierda y te va a leer tu puta madre» –el tuteo y la renuncia a leerme en el futuro son característicos de segundas misivas–, cuya causa no comprendo todavía, a buscar la primera carta, leerla y comprobar que el ofendido, u ofendida, me había mandado antes un manuscrito de quinientas páginas que tengo apilado con otros treinta –ninguno de ellos solicitado–, o elogiaba mi último libro en términos entusiastas, o me invitaba a tomar un café, o a dar una conferencia, o pedía un consejo para su hija que escribe cuentos o quiere estudiar Periodismo.

Ahí, los escritores que se creen menospreciados son temibles: odian como nadie, a simple espacio y por las dos caras del folio. También están los lectores gremiales con poco sentido de la perspectiva: seguidores tuyos desde hace años, que incluso escribieron alguna vez elogiando tal o cual artículo –«dales caña y que se jodan, Reverte»–, y que un día, cuando les toca a ellos o creen verse aludidos de refilón, ya no ven tan claro lo de la caña, y descubren que eres un arrogante y un facha. Pero de todas las cartas recibidas últimamente, mi predilecta es la de una señora, de letra y prosa en apariencia respetables, que pasó de asegurar el pasado enero: «Leo todo lo tuyo desde hace años, como mi familia, y agradezco que tus novelas nos descubran mundos complejos tan insospechados» a escribir, en abril: «Veo que no merecemos de ti una respuesta. Quédate en tu atalaya de soberbia con el último libro, que no pienso comprar. No esperaba otra cosa de un escritor mediocre al que, desde luego, no volveré a leer en mi vida».

XL Semanal

viernes, 29 de enero de 2010

Burkhard Driest, escritor , vive en Ibiza pero se queja del deterioro

Burkhard Driest se estableció en Ibiza en el año 2001, cuando también comenzó su serie policíaca con Toni Costa como protagonista.  ENRIQUE VILLALONGA

 

Driest ambienta sus novelas policíacas en Ibiza, una isla que adora pero que ve cada vez más degradada. La biografía de este escritor es sorprendente. Ha sido actor con Peckinpah (´La cruz de hierro´), guionista con Fassbinder (´Querelle´) y director (´Annas Mutter´). Tocó la batería en un grupo y leyó ´Querelle de Brest´, de Jean Genet, en la cárcel. Había robado un banco. Su experiencia en prisión le sirvió para escribir el guión de ´El embrutecimiento de Franz Blum´

SANTA EULÀRIA | LAURA FERRER ARAMBARRI Burkhard Driest nació en Stettin en 1939, una ciudad que ahora pertenece a Polonia pero que entonces era alemana. Desde 2001 está establecido en Ibiza, donde ha encontrado el lugar perfecto para escribir sus novelas policíacas ambientadas en la isla y protagonizadas por el inspector ibicenco Toni Costa.
–El protagonista de su serie policíaca, Toni Costa, es ibicenco y las novelas están ambientadas en Ibiza, donde ha establecido su residencia. ¿Cuándo descubrió la isla?
–Llegué a la isla muy joven, en 1971. Eran años hippies y la isla era muy hermosa. No estaba estropeada por la industria del turismo, no había autopistas. Después me fui a Estados Unidos a seguir mi carrera como actor en Hollywood y regresé a la isla en 2001 por la belleza y la libertad con la que se puede vivir aquí. Estoy agradecido por esta experiencia. Pero, al mismo tiempo, me entristece y me enfada ver cómo en apenas diez años la isla ha cambiado tanto para mal. En esta isla tan hermosa la basura está por todas partes. ¿Cómo va a seguir atrayendo esta isla a personas de fuera, especialmente las de un alto poder adquisitivo, si se encuentran con tanta basura, con tanto edificio tan mal construido, con la falta de protección del paisaje? La isla es como una mujer a la que hay que cuidar y no ponerle un horrible vestido, que es lo que ha pasado. La belleza de la isla está siendo expoliada. No soy yo el único que lo dice, también hay ibicencos como Mariano Planells que hablan de esto.
–Hay un personaje en su libro: Matares, que tanto por el nombre como por sus influencias económicas y políticas, se parece bastante a Abel Matutes.
–He creado la familia Costa, la familia del protagonista, que para mí es mucho más interesante que Matares. Porque Matares, o Matutes, los hay en todo el mundo. Prefiero otros personajes como el de Josefa, que hereda la parte menos valiosa de las propiedades de la familia, las tierras junto al mar que no tenían valor para cultivar y que, sin embargo, serán las más apreciadas cuando comience el boom turístico.
–¿Qué espera de su libro ´Lluvia Roja´?
–Van a hacer una película con el libro. El rodaje comenzará en Ibiza en septiembre u octubre de este año y ya estoy trabajando en la adaptación del libro al guión cinematográfico. Hay muchos personajes y en un guión no se puede meter a todos, pero estoy seguro de que Josefa va a estar. Se trata de una coproducción entre Alemania y España.
–Sin revelar la historia ¿qué se puede contar de su libro?
–Toda la historia gira en torno al crimen perfecto, a homicidios que no se pueden probar. Incluso insinúo que el asesino ha podido matar a cientos de mujeres antes de que se descubra todo, porque sus crímenes no dejaban rastro. Si una de sus víctimas no hubiese muerto de manera violenta jamás le hubieran descubierto. Un caso similar sucedió en los Estados Unidos y eso fue lo que me inspiró, lo que desencadenó el libro.
–Tiene una larga relación con el cine. Escribió el guión de la película ´Querelle´ junto con Fassbinder y también trabajó con Sam Peckinpah en ´La Cruz de Hierro´.
–Me pregunto si la gente hoy día conoce a Fassbinder.... cuando era joven pasé un par de años en prisión [por participar en el robo a un banco] y allí leí ´Querelle de Brest´, de Jean Genet. Este libro me afectó mucho, me gustó realmente. Después tuve la oportunidad de conocer a Fassbinder, hablamos de la posibilidad de llevar la historia al cine. Fassbinder era gay y todos los gays conocen ´Querelle´. El protagonista es Brad Davis y también aparecen Franco Nero y Jeanne Moreau.
–¿Qué recuerda de su trabajo con Peckinpah?
–Realmente me gustó trabajar con él y fue sencillo. No tengo un gran protagonismo en la película (´La Cruz de Hierro´). Peckinpah era una persona a la que le interesaba mucho la violencia, era un tipo muy macho, le gustaba ir al casino... no puedo decir mucho más de él.
– ´Lluvia Roja´ ¿es su primera novela traducida al castellano?
–Así es. He escrito doce novelas a lo largo de mi vida pero no todas son thriller o policíacas. Creé la serie sobre el investigador Costa en 2001. Llamé a mi agente y le pregunté directamente: ¿qué tengo que hacer para tener éxito? Él me dijo que me dedicara al género negro. Lo situé en Ibiza porque en ese momento me había trasladado a la isla y había comprado esta casa [donde se realiza la entrevista]. Cuando escribo necesito una concentración total, no doy fiestas ni voy a eventos. Vivo como un monje en mi casa. Aquí realmente consigo no tener interrupciones y lo disfruto. Mientras escribo sólo convivo con la familia Costa.
–¿Está Toni Costa inspirado en alguien real?
–No, todos los personajes son inventados pero realmente viven en mi mente. La gente olvida que puede vivir en su mente, que puede recordar y vivir todo lo que quiera en su cerebro.
–La novela es muy realista, en el sentido de que está repleta de referencias a lugares reales en Ibiza, desde edificios como el Transat de Vila a es Vedrá, y también a sus costumbres, como las matanzas, el ball pagès...
–Investigo mucho para mis novelas. Hago entrevistas y pregunto todas mis dudas sobre los temas de la novela. Los toques de realidad son importantes en los libros. Cuando necesito saber algo sobre medicina forense, por ejemplo, llamo a especialistas. Tengo un amigo que es jefe de la sección forense en un hospital universitario que me ha sido de ayuda en las descripciones de marcas postmortem o en descripciones de autopsias.
–Es más que un relato policíaco: contiene una reflexión sobre la belleza, sus peligros, la dureza del paso del tiempo...
–Mi novela gira en torno a la belleza. Es un fenómeno que me fascina. Descubrí la belleza femenina cuando, con once años, la reconocí en una niña que ya era una mujer. La belleza –o el sentido de la belleza– es un regalo maravilloso de Dios. El filósofo alemán Hegel dijo que la belleza es la manifestación sensible de la idea confundida con una apariencia material. Pero el antihéroe de la novela tiene una idea muy diferente de la belleza.
–¿Qué piensa usted de la cirugía estética en general?
–Hay dos perspectivas. En el nivel espiritual diría que la cirugía estética no es buena porque ofrece la impresión errónea de que los sentimientos humanos son físicos, moldeables: prolongar la vida, ser joven siempre... Eso es una visión errónea de la vida. Cualquier actitud perfeccionista es peligrosa, hay personas que no quieren ver nunca lo malo de la vida ni en sus rostros ni en su cotidianidad... No quieren ver el lado oscuro de la vida pero eso no funciona. En otro nivel, menos espiritual, la cirugía es admisible si se pueden mejorar problemas físicos como tener las piernas torcidas. Hay cirugía de reconstrucción que es buena, es totalmente aceptable. Depende de lo lejos que quieras llegar. Si tienes treinta años y quieres hacerte un lifting, empezarás ahí y no podrás parar. El problema radica en que el punto de partida inicial de alguien que se opera es que lo hace para gustar a los demás y eso es un punto de vista erróneo. En la vida hay que amar a los demás, no hay que pensar ¿alguien me puede amar? Porque eso daña la autoestima.
–En el libro critica alguno de los defectos típicos de Ibiza y los ibicencos como la impuntualidad, quizás el machismo de la sociedad tradicional y la falta de profesionalidad en la investigación policial. ¿Nos ve como una república bananera?
–Creo que hay algo de verdad en eso pero, por ejemplo, el tema de la falta de profesionalidad tiene una explicación: lo mal dotadas que están las competencias, no hay medios ni dinero. Hace falta pagar mejor a los policías e investigadores y que éstos cuenten con medios suficientes para hacer una buena investigación. Respecto al machismo, creo que es algo bastante común que se va superando. La sociedad ha sido patriarcal, una sociedad masculina, pero la mujer tiene cada vez más peso en la sociedad y en la cultura. No juzgo las cosas, me gustaría vivir en un lugar donde la sociedad fuese patriarcal [bromea]. Antes del turismo no había crímenes en Ibiza. Salvo algún problema de vecindario, no había apenas delincuencia, no necesitaban tanta policía. La inseguridad ha llegado con el turismo y una inmigración poco controlada que ha propiciado la entrada de delincuentes del Este de Europa.
–El personaje de Costa resulta muy realista porque, aunque es un buen investigador, su vida cotidiana es un desastre. Nunca tiene tiempo para comer decentemente, la ropa se queda en la lavadora y coge olor a moho, su novia está harta de sus plantones por trabajo...
–Me alegro de que me diga eso porque simplemente he utilizado los clichés de la novela policíaca. Todos los detectives en todos los libros se describen de este modo, con una vida desordenada. Yo no he tenido esa experiencia porque nunca he tenido que trabajar con un horario y por eso no conozco la vida normal. Pensaba que era un jodido cliché.
–Personalmente no lo veo así, porque la de Toni Costa es la vida de una persona trabajadora, que vive sola, perfectamente descrita... muchas personas se pueden identificar con él.
–Estoy aprendiendo de usted en este momento. Supongo que es una vida estresada... parece que la sociedad no está evolucionado a mejor sino a peor. Ningún trabajo es práctico o físico y todo se basa en pensar, pensar y pensar.
–¿Está escribiendo un nuevo libro en la actualidad?
–Estoy continuando con la saga de Toni Costa. El próximo se desarrollará en un conocido restaurante de Ibiza, que en el libro cuenta con tres estrellas Michelin.
–¿Lee novela policíaca? ¿Qué opina de fenómenos superventas somo Stieg Larsson o Henning Mankell?
–Me gusta Raymond Chandler. No leo mucha novela policíaca, ahora me he centrado en el budismo y leo sobre ello. Sobre Larsson opino que está sobrevalorado y Mankell me aburre. No estoy de acuerdo con el contenido de estos libros en los que se trasluce que la sociedad es cada vez más violenta y que va a peor y a peor. Eso no es cierto. La irrupción de la mujer en la sociedad, alcanzando posiciones cada vez más importantes, reduce los niveles de violencia. Las mujeres y la violencia no van juntas. Tiene que ver con el hombre y la testosterona. Cuando era joven había más violencia. En Alemania había peleas todos los días en los bares. Cuando estaba en la universidad participaba en una banda de jazz y tocaba la batería. Siempre era el último que salía de los locales y muchas veces me estaban esperando en la puerta para pegarme : «Tú, jodido gilipollas, has mirado a mi chica». Por eso también aprendí a boxear.

Diario de Ibiza

lunes, 4 de enero de 2010

Todo el oro del mundo cabe en la palabra toro


CORTESIAS:

El Diario de Ibiza de hoy publica la noticia:

Diez escritores para acompañar a la artista Isabel Echarri

Mi frase: Todo el oro del mundo cabe en la palabra toro.

Eso ocurrió durante el verano del 2006. Ya ha llovido.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Elena habla de ‘Lagartijas azules en París’




Mariano Planells, notas, apuntes, garabatos...

En los libros escribe dónde como y cuándo los ha leído. Y cualquier nota que se le ocurra, por muy estrambótica que a mí me parezca, llena de flechas, subrayados, bocadillos...

Desde pequeño, lleva un fichero donde recoge anotaciones sobre todos los libros que lee. Lleva todo anotado en pequeñas libretas en un portafólios. Y en esas libretas pequeños trocitos de papel con notas.

Mantiene un diario de lo que sueña, de las películas que ve, en él pega recortes de noticias, entradas de conciertos, billetes de tren, de todo... Da lo mismo... puedes encontrar desde la lista de la compra a los emails que tiene que enviar...

Se pasa la vida acumulando información sobre su vida, no sé si por miedo al olvido, o para evitar la sensación de que no le pertenece su tiempo.
"Lo más raro es que incluso no te reconoces en tu propia letra y miras tu mano buscando una respuesta por su parte".

¿Y no te emociona-extraña ver cómo va cambiando tu letra de un año a otro? ¿Abrir libros y encontrarte pedazos de la época en que fue leído?.

"No somos más que un puñado de luz una brisa o dos... y un montón de recuerdos inconexos almacenados en el cajón de la memoria". ¿O eso era ayer?. ¿Y mañana?. "Carpe Diem".

Miro esa libreta de apuntar las cosas, con miguitas para no perder el rastro, por si algún día tuviera que volver al principio. Como para asegurarse que de verdad existe.

Se aferra a lo que conoce y que le ha gustado, a lo que disfruta. Le gusta revivir cada instante que ha saboreado previamente, intentando comprobar después si aquel sabor era bueno o lo es ahora, tras la perspectiva del tiempo...

Ayer le comenté algo, y hoy ya tengo su respuesta contrastada, son dos hojas de una revista de hace cinco años, de su particular archivo.

El color blanco es la tierra de todos sus mensajes.

Publicado por Salondesol, 11/05/06