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domingo, 12 de septiembre de 2010

Un fenicio en Galicia (2)

Recién llegado a La Coruña, otra ciudad de  la luz, me reencuentro con mi viejo amigo Filemón. La ciudad acoge un reputado salón del cómic.


Ya sólo me queda llegar a Galicia por mar y no descarto hacerlo algún día desde Lisboa o desde otro sitio. La llegada por mar a Vigo o a La Coruña ha de ser maravillosa.
La Coruña es como mi casa. Sin despreciar nada de Galicia, pues todo todo tiene su mérito, encuentro Vigo muy ruidosa, muy sucia, incluso algo más cara. Santiago es como una maqueta medieval llena de iglesias y una gente acostumbrada al trato con extraños que llegan extenuados, pero Santiago es demasiado turística, más cara y con un aliciente añadido, el de ser ciudad universitaria.

En La Coruña me encuentro más a gusto: ciudad luminosa, abierta, amplísima, muy limpia  -a alguien que venga de la guarrería de Ibiza o de Valencia, La Coruña le impresiona.
A esta ciudad magnífica le tengo la medida tomada para recorrerla andando. Hablo de 10 a 14 km diariamente. Pero son tan amenos y cuidados los trayectos que a duras penas vas notando que te has comido cinco km.



 Un alto en la caminata a la altura de la playa de Orzán, agosto 2010. Observarán que mi compañera fenicia nunca sale en ninguna foto, es debido a que las pocas  señoras que se acercan a mí temen por su reputación y yo las comprendo. Prefieren ir de incógnito, como en los viejos tiempos. 
No es mala filosofía, en todo caso ellas deben pensar que es mucho mejor exhibir un trofeo que una reliquia.





Mi acompañante fenicia aguanta el tirón mejor que yo, aunque bien es cierto que pesa la mitad. Pero tiene su mérito, soporta las caminatas, los cambios de ritmo y sólo al final del día deja salir alguna leve queja, pero mientras caminemos estos recorridos, nos regalamos con una cena moderada.

Conozco ya los sitios más secretos para comer bien y que no te alanceen a la hora de pedir la cuenta. No caemos en los tópicos -bandejas de marisco, ostras con champán, percebes - porque ni nos apetece -de hecho yo como marisco muy aceptable en cualquier parte de España, incluso en mi casa- ni deseamos comernos el mundo en dos días. Estas cosas están bien cuando se viaja en grupos de cuatro, seis o más.

Pero la descripción de algunos platos llenarían de asombro a muchos cocineros de Baleares.
Hay que conocer los sitios, claro, aunque en general se come muy bien por 20 euros cada uno.



Hay que decir que me hospedo en o muy cerca de la calle Joaquín Planells Riera, al lado de la estación de tren. En Galicia hay que usar mucho el tren, son nuevos, confortabilísimos y bien de precio. Todo eso cambiará a peor en unos años, si no me equivoco.
Sin duda este Joaquín es otro fenicio que labró su fortuna (¿militar quizás?) en ultramar, como este inmodesto fenicio que les habla. Por cierto, otro fenicio, Enrique Ramón Fajarnés nació en Santiago de Compostela y a veces me lo cuenta no sin cierto y legítimo orgullo, a unos pocos pasos de la tumba del apóstol Santiago.



Nada más llegar nos paseamos toda la avenida o paseo marítimo, el de las famosas cristaleras (La Coruña es tierra de vientos, eso es uno de sus pocos defectos).
Bordeamos todo el paseo y comenzaremos a dar la vuelta al famoso perimetral coruñés, una delicia para el caminante que a mitad de camina ofrece un regalo luminoso: un faro, el faro de Hércules, o la Torre de Hércules.



La visión aérea nos da una idea de la belleza y de las dimensiones del paseo perimetral que va bordeando las costas de la ciudad, de las playas de Riazor y Orzán y... sigue. Esto es un paseo. Kilómetros sin un sólo coche que moleste.



Reproduzco unas líneas de la Wikipedia:
La Torre de Hércules es una torre y faro situado en la península de la ciudad de La Coruña, en Galicia (España). Su altura total es de 68 m y data del siglo I. Tiene el privilegio de ser el único faro romano y el más antiguo en funcionamiento del mundo. Es el segundo faro en altura de España, por detrás del Faro de Chipiona. El 27 de junio de 2009 fue declarado Patrimonio de la Humanidad[1] por la UNESCO.

Pero la ciudad de La Coruña no se reduce a esto: hemos caminado sólo la mitad o menos del trayecto peatonizado. La gran avenida de Pedro Barrié de la Maza, un prócer gallego, ocupa la interminable fachada a las playas de Orzán y de Riazor. Justo en el extremo está el estadio del Deportivo, a un paso de las aguas atlánticas.


En la imagen de Sergio Díaz puede observarse el majestuoso porte de la playa de Riazor a la derecha de la imagen, al fondo se ve el estadio. El malecón del centro de la playa separa Riazor de la otra playa Orzán.


En esta foto de Paulino Castiñeira Trillo pude verse el impresionante alcance de la caminata. (Pincha para aumentar). Al fondo se ve la Torre de Hércules. Puede hacerse todo esto en vehículo, pero no tiene ninguna gracia. En La Coruña todo el mundo camina, hasta señoras muy elegantes, foráneos, nativos: La Coruña es una ciudad humana. Esta foto está tomada desde el Monte de San Pedro.

El cuerpo ya ha recibido su merecido, un poco macerado pero con la ilusión en el cuerpo. Hay que desandar todo lo caminado. Nos espera una jarra de vino joven de Ribeiro, el turbio y sano vino gallego con unas bandejas de pulpo. Hace diez años probé muchas pulperías, pero quiero que mi fenicia conozca la que consideré mejor. Al ataque.



Uno de los secretos está en el pimentón que ha de ser joven. El resto del manual lo conoce cualquier gallego, pero es difícil acertar, ajustar, matizar. El pulpo es un plato delicioso.


Puedes leer aquí la primera parte de Un ibicenco en Galicia.
Clica en las fotos para verlas mejor.

jueves, 20 de mayo de 2010

Buscando (demasiado tarde) la magia pre-turística


Reproduzco este texto de mi blog específicamente ibicenco, anuario digital de Ibiza y formentera 2009, por si algún interesado quiere hacerse con este lujoso y delicioso libroAquí va:

Ingolf Scola conoció Ibiza y se enamoró de su gente cosmopolita, de sus paisajes y de sus elefantes, aunque cada vez son más escasos.
Quizás por este interés, concibió, diseñó, coordinó y editó este libro, Jussara y la magia de Ibiza, con un prólogo de Miguel Ángel González.
Una edición cuidada, con 70 reproducciones de las pinturas de Jussara y una treintena de textos que describen distintas facetas o aspectos de la vida y de la historia de Ibiza, con un total de casi 130 páginas a todo color.
Así que el libro es un homenaje a Jussara y a la isla de Ibiza simultáneamente, en un equilibrio atractivo del cual todos salen reforzados.
Jussara y su marido Gastao Heberle llegaron a Ibiza en 1978 y desde entonces pasan la mayor parte del año en la isla.
Desde el principio, la pintora brasileña quedó subyugada los los motivos rurales que la rodeaban en la isla: campesinas, casas, animales, cosmos, la vida y los incorporó en su arte dentro de un estilo figurativo o realista mágico, como le gusta decir.

Entre los autores de los poemas y de los textos podremos encontrar a:

Archiduque Luís Salvador, Dieter Abholte, Walter Benjamin, Rolf Blakstad, J. Manuel Cardona, F. Guillermo de Castro, Antonio Colinas, E. Fajarnés Cardona, Raoul Hausmann, Gastao Heberle, Julio Herranz, Víctor Navarro, Josep Marí, J. Manuel Piña, Enric Planells, Mariano Planells, Pep Ribas, Vicente Ribas, Toni Roca, Dietmar Schönherr, J.Vicente Serradilla, C. Amanda Tur, Mariano Villangómez.

viernes, 11 de diciembre de 2009

‘Somos Fenicios’ de Mariano Planells en el blog Mi Ventana

Sinceramente, este blog va a parecer un antro de autobombo más retumbante que las buñuelescas tamborradas de Calanda cuando 'rompen la hora'.

Lo siento: mi ego avitaminado también come, y es muy exquisito. Esto llegará a ser asifixiante: la única salida que nos queda es el humor. ¿Venceremos pero no convenceremos o solamente convenceremos pero no venceremos?

O ni una cosa ni otra. No te fíes Mariano de la véneta púrpura ni de los procederes adocenados ni de las docenas de próceres prosternados siempre ante el Poder.

Gracias Jenny. Nuestras almas podrían ser cómplices, de lo demás no se sabe nada ni a nadie interesa.

Éste es el texto de Mi Ventana:
Esta mañana me he llevado una grata sorpresa al recibir un paquete inesperado. Se trata de un libro “Somos Fenicios y otros artículos (1994-2000)” de Mariano Planells.

Somos fenicios es una edición conmemorativa de sus 30 años de periodismo donde en breves y a menudo divertidos artículos Mariano Planells, nos conduce por un recorrido donde caben la arqueología, la historia, la literatura, los truhanes y los viajeros que han llegado a la isla en el siglo XX, los artistas y las modas.
Mariano dice así su particular adiós al siglo XX.

La portada del libro es una pintura de Andrés Monreal, la mar de bonita y original, como podéis ver:



Cuando Mariano Planells nació, en el norte de la isla, llovía a menudo. Tiempo de lluvias frecuentes, el agua manaba de los muros de piedra seca y fluía en generosas fuentes construidas por los púnicos. del verano recuerda los cuervos, las cigarras, los higos deliciosos que nos mandaron los dioses paganos…

Crítico de arte, periodista, comedor de erizos, ensayista, escritor poeta en ciernes, novelista, tratadista descendiente de corsarios, etnólogo levantador de liebres, chercheur, católico un poco descreído, inventor de eslóganes y registrador de exiliados y elefantes, viajero y tertuliano, fotógrafo y guionista, cuentista y flâneur en París, músico jardinero y fumador de puros canarios (el humo sagrado de los guanches). Ha subido en globo. Ha vuelto a bajar.

Comenzó a escribir en el Diario de Ibiza en 1972. A partir de aquellos primeros reportajes, sus textos se han ido publicando en distintos medios nacionales y extranjeros.

Obtuvieron una gran acogida los dos volúmenes de entrevistas Ibiza, la senda de los elefantes. Pero la máxima difusión la alcanzó el Diccionario de secretos de Ibiza que se sigue reimprimiendo regularmente desde 1982.

Ha estudiado la obra de numerosos pintores y la historia del arte de las islas. Durante doce años (1982-1994) publicó un Anuario, o como dice él: “Duré tres legislaturas”. Cuatro álbumes de imagen, Ibiza in. Además es autor de dos aproximaciones a la historia de Ibiza en forma de cuento a rondaia, para uso escolar.

Precedentes de este Somos Fenicios fueron Tanit y las niñas de purpurina y Lagartijas azules en París, donde explica los ritos y las modas de Ibiza dislocada, entre la tradición, los hippies los artistas minimal o las corrientes posmodernas.
Si estás interesado en el libro puedes contactar con Mariano en su email:
marianoplanells@gmail.com
Y, en su blog: Mariano Digital

Muchísimas gracias a Mariano por la sorpresa y por esa dedicatoria tan bonita y especial ^_^ Me hace mucha ilusión leerte.

Un abrazo Mariano.