viernes, 25 de enero de 2013

Tapies usó un fresco románico como fondo de una de sus pinturas informalistas

JOSÉ ÁNGEL MONTAÑÉS Barcelona 20 ENE 2013 - El País

'Pintura románica y barretina', obra de Tàpies de 1971.

Antoni Tapies, gran pintor de la materia y uno de los artistas más relevantes del último siglo, empleó en Pintura románica con barretina(1971) parte de un fresco del siglo XII arrancado del altar de la iglesia de Sant Climent de Taüll, obra cumbre del románico pirenaico, declarada Patrimonio de la Humanidad en 2000 y hogar de un celebérrimo Pantocrátor. La teoría es de Milagros Guardia, catedrática de Historia del Arte Medieval y profesora de la Universidad de Barcelona, que ha investigado a fondo los templos del Pirineo correspondientes a ese periodo. Y casa perfectamente con una certeza: Tàpies fue también un gran coleccionista de arte y dueño de un museo personal en el que reunió desde obras egipcias hasta piezas modernas. Un conjunto excepcional que influyó en su forma de concebir la pintura y que, en muchos casos, dado su interés en reutilizar materiales para transformarlos en artefactos artísticos, acabaron siendo parte de sus creaciones

El altar del que fue arrancado el fresco de ‘Pintura románica con barretina’.

La obra, una pintura mural arrancada y traspasada a lienzo de 117 centímetros, forma parte de la

viernes, 11 de enero de 2013

Entrevista con Félix de Azúa: "La filosofía y el arte no requieren excesivo talento. Requieren coraje"


BLANCA BERASÁTEGUI | Publicado el 11/01/2013 |  Ver el número en PDF

Hay mucho de lo que hablar con Félix de Azúa. Siempre. Pero en los últimos tiempos, como está especialmente furioso y nítidamente libre, esas inteligentes teorías suyas sobre el arte y la literatura se cruzan con misiles rotundos contra el nacionalismo y las redes sociales, contra la clase política. Lo novísimo en Azúa es "El ojo que piensa", el curso experimental que va a dirigir en el Museo del Prado. Así que el vuelo poderoso de su palabra y su ego despega de la Modernidad, navega por el siglo XX, se detiene en Keifer y Larkin y se hinca en esta España "donde no hay democracia".





Se lo propuso Miguel Zugaza para ampliar las actividades del centro de estudios del Museo del Prado porque "aunque su actividad pedagógica es grande, faltaba un curso teórico" dice el escritor, y explica el porqué: "Los museos de arte clásico nunca han tenido la necesidad de incluir la teoría. Cuando alguien entra en el Prado, y ve tizianos o rafaeles, el discurso teórico está escondido, no es necesario. Piense en La Primavera de Botticelli, el cuadro más bello del mundo: nadie sabe que es una representación de la filosofía neoplatónica, ni falta que hace. Pero si lo sabes, ves otra dimensión de la pintura que le añade una profundidad insospechada".

"En la Modernidad todo cambia. El discurso teórico ocupa un primer plano, es esencial. Si tú no sabes que estás mirando un cuadro cubista, seguramente no vas a saber ver lo que tienes que ver. Lo interesante es que nuestra mirada ahora es una mirada determinada por todo el proceso de la modernidad y, por lo tanto, es una mirada teórica, aunque no lo sepamos".

-¿Cómo podemos adquirir herramientas para saber mirar? Azúa apuntala su respuesta con ejemplos históricos, con citas culturalistas, con Malraux.
-Es muy interesante la mirada retrospectiva. Cuando ya tienes el ojo moderno, el ojo teórico, es importante aplicarlo a la pintura antigua, a la escuela iconográfica, al arte egipcio... El caso Malraux, a quien ya casi nadie lee, es paradigmático. Su Museo Imaginario es un invento básico para la modernidad, porque en él destruye las condiciones materiales y cuando lo miras, no sabes si esa escultura de la que te habla mide dos metros o cinco. Es decir, nos da una visión ultramoderna, de

miércoles, 2 de enero de 2013

Manifiesto de un traidor a la patria, por Albert Boadella



Confieso que mientras no los conocí, yo fui unos de ellos. Aboné su terreno con mi propia ignorancia. Llegué a creer fanáticamente en la versión victimista de la historia que habían elaborado otros ignorantes como yo, aunque ellos con mayores atenuantes, ya que trabajaban con intereses a plazo fijo.

En ciertos momentos, estuve también deseoso de pasar cuentas con el enemigo natural de Cataluña. Incluso aproveché alguna oportunidad para ello. Un día, puse sobre el escenario un puñado de miembros de la Benemérita metamorfoseados en gallinas y descansando en las barras de su morada avícola.

Obviamente, la juerga invadió la sala. Así, exhibiéndolos para mofa y befa del respetable me sentía compensado de tantos supuestos agravios ¿A ver quien nos devolvía la vida del president fusilado?


¿Y la tortura y la cárcel de Pujol? ¿Y la persecución de nuestra lengua? ¿Y el maldito