jueves, 1 de septiembre de 2011

Higos chumbos y dieta Dukan, verano 2011

Recupero el placer de los cantos rodados, las aguas claras y una ración de higos chumbos fresquitos degustados al amanecer, a la salida del sol.
El salitre del Mediterráneo ha de obrar el milagro en mi piel y en mi alma.


El  8 de febrero comencé el régimen de Dukan, que da cierta preeminencia a las proteínas. Tiene enormes ventajas: a finales de julio ya había pasado de 104 kilos a unos 77.
Pero muy pocos saben que esta dieta tiene algunos efectos colaterales: pérdida de la libido, posibles efectos sobre la pared estomacal y un aumento de la inflamación en el caso de los artríticos.
Yo sabía esto y en agosto me tomé un mes de paréntesis, haciendo deporte y comiendo sano, pero más variado (es decir, aumentando los hidratos).



La inflamación ha remitido. Ahora hay que redirigir la tercera fase de la dieta (estabilización y consolidación).
A ello voy en este mes de septiembre, y me será fácil recordando la orgía de los sabrosos higos chumbos, del buen vino tinto y algunas piezas de otras frutas.
Si no recupero la disciplina volveré al centenar y no me apetece. Y además duele.