Hay pequeñas cosas y cosas enormes que nos suelen hacer la vida más llevadera. Puede ser un viaje, un animal volandero o una música volátil que prende y deja huella para siempre, recuerdos indelebles, visiones del momento.
Incluso pueden ser ser emergencias amenazantes o experiencias terribles: saca del mal su belleza
para superarlo y vencerlo o al menos distraerlo.
Todos las tenemos por decenas, afortunados aquellos que las tienen a centenares: se llama impregnación con el planeta o en el planeta.