jueves, 10 de abril de 2014

Lágrimas negras

DANZA DE BES

El ministro de la cama negra

por Jorge Montojo


Ya tenemos al Ministerio de Industria haciendo la cama al Govern en su lucha contra las prospecciones petrolíferas de una multinacional extranjera. Es una cama negra, con sábanas de chapapote, de la que solo puede salir un engendro. Los más cínicos lo esperábamos, pero eso no quiere decir que dejemos de considerarlo como una vil traición. Hay que batallar más y mejor, y confiar en el sentido común de Cañete antes que en la intransigencia de Soria (a quien Vicent Serra acusa de incumplir la tramitación administrativa para ayudar al enemigo). El Ministerio de Medio Ambiente tiene mucho que decir en este tema, aunque de momento calle estruendosamente.
El empecinamiento del ministro estreñido en hacernos la cama solo se comprende desde la estupidez o por tenebrosos intereses personales. La sociedad baleárica ya ha decidido que no quiere ser Noruega al precio de destrozar el Mare Nostrum. La manifestaciones han sido muy claras al respecto. El rechazo es total. Y por eso los políticos isleños por fin se han puesto a trabajar que, al principio, cuando las denuncias de Mariano Planells y Abel Matutes todavía eran un grito en el desierto, guardaban el silencio de los
corderos.
Unos grandes hoteleros turcos, principales competidores del turismo en Baleares, me dijeron que la esquizofrénica decisión de autorizar las prospecciones en nuestro archipiélago probablemente fuera porque los petroleros han untado el bolsillo a numerosos políticos. De eso saben mucho los otomanos, acostumbrados a los sátrapas a lo largo de su historia.
El peligro de las prospecciones es tan brutal e inminente que la batalla se transforma en una cruzada, una yihad, una guerra santa que aúna a las facciones más diversas, desde el poderoso empresario hasta el tirado perroflauta. Todo está en juego: la pesca, el turismo y el paraíso balear. Cualquier otra cosa queda eclipsada ante este frontal ataque a las Baleares, cuya opinión al respecto se trata de diluir burocráticamente, como si nada hubiera que decir, como si tuviéramos que suicidarnos en masa para contentar a un ministro puñetero.
Quieren empezar en octubre, pero este verano tales prospecciones van a tener una sonoridad internacional formidable. El pasado agosto los políticos protestaban porque el Bild dedicaba unas páginas a la inseguridad mallorquina. Pues este vamos a copar las portadas de numerosas cabeceras mediáticas en todo el globo con una publicidad tan negativa como merecida. Quién sabe, tal vez eso haga pestañear al ministro de la cama negra.